Las contracturas musculares, también conocidas como deformidad por contractura, ocurren cuando el tejido blando debajo de la piel pierde su elasticidad y no puede estirarse. Dicho de otra forma, es un acortamiento y endurecimiento permanente de las fibras musculares que reduce la flexibilidad y dificulta el movimiento. También puede afectar tendones y ligamentos, y ocurrir en cualquier parte del cuerpo. Se produce cuando un músculo pierde elasticidad. Si un músculo no puede moverse y estirarse, las articulaciones cercanas también pierden movilidad y se vuelven dolorosas.
El desencadenante más común es la espasticidad muscular prolongada en el área afectada, generalmente como resultado de una afección subyacente, como la parálisis cerebral. A menudo dan como resultado un movimiento restringido o limitado de la parte del cuerpo afectada, así como dolor. Al tratar de estirar el músculo contraído, la persona sentirá que se vuelve muy rígido, lo que aumentará el dolor muscular.
Principales causas de las contracturas
Las contracturas musculares son causadas por el acortamiento permanente de las fibras musculares y el cambio en la estructura muscular normal.
Los sarcómeros son unidades fundamentales de los músculos que hacen que las fibras musculares se contraigan. Con contracturas musculares, los sarcómeros se alargan demasiado cuando las fibras musculares se contraen. Este aumento en la longitud del sarcómero impide que el músculo se contraiga de forma normal, lo que provoca debilidad muscular.
Las fibras musculares están encerradas en una matriz extracelular, una red similar a una malla compuesta de colágeno y otras proteínas que ayudan a transmitir la fuerza y proporcionan la contracción muscular. Con las contracturas musculares, la cantidad de colágeno dentro de la matriz extracelular aumenta, provocando un endurecimiento de las fibras que restringe el movimiento.
Las contracturas musculares también se forman a partir de una disminución de las células satélite, que son células madre especializadas que pueden reconstruir los músculos, son necesarias para la regeneración y reparación muscular. Sin una cantidad adecuada de este tipo de células, otras, como los fibroblastos, aumentan significativamente dentro del tejido muscular, lo que hace que las fibras musculares se vuelvan rígidas y fibróticas.
Estos cambios en los sarcómeros, el colágeno dentro de la matriz extracelular y las células satélite son el resultado de condiciones en las que se reduce la entrada neurológica a los músculos desde el cerebro y la médula espinal . Esto se debe a la falta de uso, a una lesión o a condiciones neurológicas y neuromusculares, como:
- Afecciones subyacentes del cerebro y los nervios: las contracturas de los músculos y las articulaciones pueden deberse a varias afecciones o trastornos subyacentes que afectan el cerebro y el sistema nervioso, como parálisis cerebral, poliomielitis, artritis reumatoide, accidente cerebrovascular y daño a los nervios.
- Condición genética: a veces también ocurren como una enfermedad hereditaria, como en el caso de la distrofia muscular, una condición caracterizada por músculos débiles y pérdida de tejido.
- Falta prolongada de movilidad en la extremidad afectada.
- Lesión traumática
- Quemaduras
Tipos de contracturas
Por norma general, las contracturas no se clasifican en sí, pero sí que las podemos denominar según la forma en la que se originan.
Contracturas postraumáticas o defensivas
Son las que surgen debido a un impacto, como un accidente de coche, ya que nace como respuesta defensiva para proteger las estructuras sensibles del cuerpo.
Contracturas posturales
Son lesiones lentas y progresivas debido a las malas posturas. En un principio no causan mucho dolor, pero si se prolonga el problema puede ser mayor. Es muy común tener contracturas de cuello por mantener una mala postura.
Contracturas por hipotonía
Este tipo de contractura se suelen producir cuando se realiza deporte porque ocurren cuando el músculo es débil y hacemos más fuerza de lo que puede soportar.
Dentro del tipo de contracturas, también podemos clasificarlas por la zona de la dolencia.
Contractura de cuello
Son las contracturas musculares más comunes porque se acumulan bastante tensión, por malas posturas diarias y, a la hora de hacer ejercicio, es una zona olvidada.
Contractura de espalda
Al igual que en el caso anterior, también es una contractura muscular. Se suele producir por realizar grandes esfuerzos sin la postura correcta y, claro está, por no tener una correcta postura corporal.
Contractura lumbar
Las contracturas lumbares se localizan en la parte baja de la espalda y se originan por diversos motivos, como por haber realizado un gran esfuerzo físico o tener una vida sedentaria.
Contractura de hombros
Es un tipo de contractura bastante molesta porque el dolor es persistente. También puede venir acompañada por una pequeña inflamación de la zona.
Es común que se produzca por el estrés o por levantar mucho peso.
Cómo prevenir las contracturas
Lamentablemente, algunas contracturas musculares no se pueden prevenir por mucho que mantengamos una correcta postura o hagamos un buen calentamiento y estiramiento después de cada sesión de entrenamiento, pero hay cosas que sí es aconsejable hacer para evitarlas en la medida de lo posible.
Ejercicios de estiramiento y calentamiento
Como mencionamos antes, preparar el cuerpo antes de realizar una sesión de deporte es importante para que el músculo esté listo para trabajar. De igual forma, los estiramientos también ayudan a evitar las contracturas, pero no debes llevar el músculo al límite.
Hacer ejercicio diario
Tener una rutina diaria de ejercicio también ayuda a prevenir esas indeseadas contracturas porque ayuda a que el cuerpo y los músculos estén en forma. Sin embargo, si nunca se ha practicado ningún deporte, se debe de empezar poco a poco.
Postura correcta
Tener una postura correcta no es solo por estética, sino que ayuda a no crear contracturas, sobre todo si se tiene que estar mucho tiempo sentado o se levanta peso constantemente.
Aplicar calor
Cuando se siente que el músculo está dolorido, una buena forma de relajarlo es aplicando calor en la zona para disminuir la dolencia.
Cómo eliminar las contracturas
Si aún con las recomendaciones anteriores ha sido imposible evitar la contractura muscular, estos son algunos de los tratamientos más utilizados a la hora de curarlas.
Terapia física
Los fisioterapeutas son los grandes aliados a la hora de tratar una contractura y disminuir su gravedad. Realizan ejercicios de estiramiento y movilidad para relajar la tensión de los músculos.
En este punto, los masajes descontracturantes también ayudan a eliminar esas contracturas que están causando grandes dolencias. Los profesionales se suelen ayudar de aceites relajantes para obtener mejores resultados.
Aparatos ortopédicos o férulas
Los aparatos ortopédicos o férulas se hacen a medida para adaptarse a diferentes partes del cuerpo y se utilizan cuando la contractura es considerable. Su función es proporcionar un estiramiento prolongado de baja intensidad durante un largo período de tiempo para aumentar la longitud del músculo. Una vez que se haya conseguido un aumento de la longitud del músculo, es probable que sea necesario hacer otro aparato ortopédico o férula para que se ajuste bien.
Cirugía
La cirugía es el último remedio a la hora de eliminar una contractura, pero muy necesaria en casos graves en los que las contracturas musculares limitan el rango de movimiento para las actividades de la vida diaria. Los músculos tensos se pueden cortar quirúrgicamente y los tendones se pueden alargar para permitir una mayor movilidad.
Las contracturas musculares hacen que los músculos se tensen y sean difíciles de mover y estirar. No siempre es evitable, pero actualmente contamos con una amplia gama de remedios y tratamientos disponibles para ayudar a relajar los músculos y preservar o restaurar el rango de movimiento.