¿En qué se diferencia una colonia de un perfume?

Algunos investigadores afirman que los perfumes no solo enmascaran el olor corporal, sino que también danzan en armonía con él. Pero, ¿cómo se distinguen las distintas fragancias en este universo aromático?

Los perfumes poseen el ‘poder’ de realzar la percepción de nuestro olor corporal. Sin embargo, al elegir una fragancia, la vasta gama de opciones puede resultar abrumadora, considerando la diversidad de marcas, precios y tipos de aromas.

A menudo, los envases ofrecen escasas pistas sobre el contenido de esos frascos mágicos. Además, seleccionar la fragancia perfecta no se basa únicamente en el aroma, sino también en cómo se entrelaza con el olor natural de cada individuo.

¿Qué diferencia a una colonia de un perfume?

Un estudio revelador de 2012 en la revista PLoS One desveló la complejidad de la relación entre el aroma natural y el artificial. “Las fragancias no solo ocultan el olor corporal, sino que interactúan con él para crear una mezcla de olor específica para cada persona”, afirmaron los investigadores.

Pero, ¿qué es realmente una fragancia? ¿Cómo se distingue un perfume de una colonia? ¿Cómo interactúan estos aromas con nuestro cuerpo y con quienes nos rodean? ¿Por qué algunas marcas nos atraen más que otras?

La clave para entender la diferencia entre colonia y perfume radica en la concentración de aceites aromáticos. Los fabricantes fusionan aceites naturales y sintéticos que brindan a las fragancias su esencia, junto a un portador, generalmente alcohol. Este proceso estabiliza el aroma y diluye los aceites, creando finalmente un olor característico.

El alcohol no solo actúa como solvente, sino que también regula la concentración del aroma y su longevidad. La cantidad de aceites esenciales en la mezcla determina la categoría de la fragancia, así como su intensidad y duración.

Así, aunque la distinción entre colonia y perfume pueda parecer sutil, en realidad se basa en principios químicos y en la concentración de ingredientes que definen su duración, intensidad y uso.

Por un lado, el perfume tiene una mayor concentración de aceites esenciales (más del 20 %). Esta elevada proporción permite que el perfume se mantenga en la piel por más tiempo, generalmente entre seis y ocho horas, brindando una fragancia intensa y duradera.

Los expertos de una renombrada marca de perfumería explican el meticuloso proceso de creación de una de sus fragancias: “El absoluto de lirio es uno de los productos más preciados en la paleta del perfumista. Su extracción es un arte prolongado y delicado”.

Primero, señalan, “el rizoma debe secarse durante al menos tres años. Su aroma, extraordinariamente presente, despliega acordes empolvados y acentos verdes amaderados, evocando un reconfortante olor a pan recién horneado”.

Por otro lado, la colonia posee una concentración inferior de aceites esenciales, generalmente entre el 2 % y el 4 %. Debido a esta baja concentración, la colonia tiene una duración más breve, de aproximadamente dos horas, y su fragancia es más ligera y efímera.

Así, mientras los perfumes pueden perdurar todo el día en la piel, las colonias requieren reaplicaciones frecuentes debido a su rápida evaporación.

En cuanto al contenido de alcohol, los perfumes presentan menos cantidad en comparación con las colonias. Por ello, el alto contenido de alcohol en las colonias contribuye a su volatilidad, provocando que la fragancia se evapore más rápidamente.

No obstante, más allá de la simple dicotomía entre perfumes y colonias, existen diversas categorías intermedias. Desde la más alta a la más baja concentración de aceites esenciales y duración, se diferencian: Perfume, Eau de Parfum (EDP), Eau de Toilette, Eau de Cologne (EDC) y Eau Fraiche.

Al momento de adquirir, el consumidor podrá observar que las categorías de fragancias indican la concentración de aceites esenciales, lo que permite discernir si la fragancia será ligera o intensa.

Mezcla de olores única

Según los expertos, hallar la concentración adecuada es tan esencial como elegir el aroma correcto. Si es demasiado ligera, se desvanecerá rápidamente; si es demasiado intensa, podría resultar abrumadora tanto para quien la lleva como para quienes lo rodean.

Elegir la fragancia ideal depende de múltiples factores, que no solo comprenden la duración deseada, el tipo de piel o el momento del día, sino también las preferencias individuales. El estudio mencionado resalta cómo las fragancias interactúan con el olor corporal.

En dos experimentos, los investigadores hallaron que las fragancias mejoran la percepción del olor corporal, pero de manera singular para cada individuo. Es decir, una fragancia que resuena bien con una persona puede no tener el mismo efecto en otra.

“El uso de fragancias trasciende el simple enmascaramiento de olores”, explican los investigadores. “Las fragancias parecen entrelazarse con el olor corporal, creando una mezcla de olores única para cada persona”.

En un tercer experimento, comprobaron que la combinación del olor corporal de un individuo con su perfume preferido se percibía como más placentera que la mezcla del mismo olor corporal con un perfume asignado al azar.

Estos hallazgos sugieren que las personas tienden a elegir perfumes que interactúan favorablemente con su propio aroma, formando una mezcla de olor singular y más agradable. Así, ya sea para una ocasión especial o para el uso cotidiano, hay una fragancia perfecta para cada momento y cada ser, subrayan los expertos.